jueves, 30 de abril de 2009

El lado amable de la influenza

Resulta que de vez en cuando gusto de trasladarme al terreno más pedestre; resulta que el verdadero saldo de la influenza es perceptible en el aumento de actividad en internet, Messenger, Facebook y Hi5. Ese es el saldo tangible, el de la gran parte de estudiantes que no pueden ir a la escuela y de algunos empleados que han sido regresados a sus casas, como prevención de la enfermedad y demás cosas ya hasta el cansancio escuchadas.

Así que el encierro es nuestra nueva actividad, de aquí al 6 de mayo, si acaso lo logramos. Todos los estados facebook y Hi5 mencionan la influenza, de la manera que sea, desde lo alarmante y paranoico hasta lo jocoso. Creo que en estos días la gente ha bajado más música, ha visitado más videos en Youtube y ha navegado más en la red, dado que, no hay mucho que hacer afuera sino rentar en Block Buster para lo que algunos, con sentido del humor, optan por películas como 28 days later o Resident Evil.

He de confesar que el anterior es un poco, mi caso, un poco pues no he caído rendida ante películas que traten sobre el exterminio masivo. Pero, por ejemplo me he hecho, gracias al intercambio controlado de música por la red, de discos que no tenía, como Forty Licks (The Rolling Stones), The dark side of the moon (Pink Floyd), Von (Sigur Rós) y First Impressions of Earth (The Strokes). Aparte, he recorrido varios canales Youtube y me he entretenido viendo (culposa pero agradablemente) The Ellen Degeneres Show, así como escuchado la ya famosa Cumbia de la Influenza.

No todo es tan malo, quiero pensar, pues asimismo he escrito mucho y más allá de puras cosas sin sentido, quiero pensar que quizá en el futuro, si algo de aquello en lo que he vertido este tiempo a través de palabras, llega a tener cierta trascendencia, será cómico decir que fue producto del encierro por amenaza fase 5 de la Pandemia Influenza. Del mismo modo, puedo decir que me he dedicado a la lectura y que, aunque el libro que tengo en turno formal: El tren pasa primero de Elena Poniatowska no es de las mejores lecturas, he recurrido un poco a La Biblia, en parte por ocio, en parte para aumentar el conocimiento y también para reconfirmar mi teoría de que Yavé no es una buena persona, mucho menos un alma caritativa.


De regreso al virus, cabe destacar que hay quienes, de forma más metafísica, pensarán que esto de la Influenza no es sino alguna cifrada señal del Apocalipsis y que sólo falta que lluevan ranas o empiecen a caer muertos los primogénitos. Quizá. Y es que, no para alarmar, pero qué tan grande es la casualidad de que haya temblado el 27 de abril y que un temblor similar se haya sucedido exactamente en el mismo 27 de abril del año pasado. Es una coincidencia curiosa, sin clavarse más en otras cosas que se puedan llegar a pensar. No será tampoco la furia de Yavé encaprichado o aburrido y tomándonos de conejillo de indias, como al buen Job. ¿O si?

Por el momento, mientras la contingencia termina, y dado que no es posible salir a casi ningún lado, por una parte, debido a la histeria colectiva y por otra, porque cines, teatros, restaurantes y demás permanecen cerrados, seguiré aquí, escribiendo, que es finalmente, algo que no me pesa y que, es liberador hacer para escapar aunque sea mentalmente, de la realidad. Seguiiré invirtiendo tiempo en Youtube y en charlas cibernéticas, ¿qué de malo puede haber en eso, en estos días?


Music on: Heaven Forbid - The Fray
Quote: "I am certain of nothing but the holiness of the heart's affections, and the truth of imagination" J. Keats
Reading: El tren pasa primero - Elena Poniatowska

jueves, 23 de abril de 2009

La insoportable levedad del ser

Hace ya bastante tiempo que no me sentía tan entusiasmada y satisfecha después de una lectura. Creo que la última vez que me sucedió fue precisamente con The cathcer in the rye y he de confesar que esa sensación de total placer posterior a la lectura no aparece muchas veces en la vida de una lectora.

Tiene pocos días terminé de leer La insoportable levedad del ser de Milan Kundera, libro que verdaderamente me estimuló el pensamiento de manera que hacía mucho no lo hacía una buena lectura. No pienso ahondar demasiado en el hecho de que es un clásico ya y también una de las mejores obras de Kundera. Al contrario, quisiera dar mi aporte personal, pues estoy convencida de que los buenos libros, las buenas películas, las buenas obras de teatro, o algún otro estímulo de ese estilo, sólo tienen su real validez cuando logran trastocar la mente y el alma del lector.

La novela se sitúa históricamente en el periodo de la invasión de Rusia a Checoslovaquia, por ahí de los años 60’s y 70’s. Los personajes, a pesar de resultar tan lejanos a una realidad latinoamericana, tienen matices que los resaltan como universales y cercanos. Cada uno está perfectamente definido, desde Tomás hasta el perro: Karenin lo cual es un enorme logro del autor, sin duda.

Sin embargo, el gran acierto de Kundera en esta novela -y que creo es una de las cosas que aciertan generalmente en las buenas novelas- es la mezcla tan profunda de los personajes, la recurrencia a ciertas situaciones, algunas básicas (como un sombrero negro o) y otras totalmente profundas, bizarras y filosóficas (como la referencia a Parménides y Nietzsche, por mencionar algunas). Este balance es el enorme interés que la obra despertó en mí pues confirma que no sólo es importante el fondo sino la forma.

Kundera acuña frases totalmente geniales de boca de todos sus personajes así como de un autor que de pronto se sumerge a sí mismo dentro de la trama y adopta la forma ficcional casi de manera imperceptible. Sabina, Franz, Tomás y Teresa: los cuatro, personajes principales perfectamente construidos, todos sumergidos en ciertos absurdos personales y tragedias colosales para su situación, que en realidad no nos resultan tan ajenas.

Decir que sólo cerrando los ojos es que se puede ver al infinito, o bien, pensar cuán terrible es que día a día soñamos secretamente con la muerte de aquellos a los que amamos, o quizá, que el amor, en cuanto se hace público, comienza a ser pesado. Todo aquello no es sino una pequeñísima muestra de algunas reflexiones incrustadas en este libro que contiene más allá de una forma deliciosa, un fondo lleno de matices históricos y personales en donde se discute fuertemente cuál es la situación de la existencia del hombre y su error, cuál es la terrible e insoportable levedad de una vida que, por suceder una sola vez, parece que no ha sucedido nunca y que por eso, es leve, y que por eso, no pesa nada y que por eso no trasciende y aún así, es más compleja que ninguna otra cosa que podamos pensar.

Hacen falta libros de este estilo. La historia, quizá puede bien ser supeditada por un plano más profundo de pensamiento y reflexión que hacen de la lectura una experiencia exquisita. Así es como me gustan los libros y, encontrar uno que cumpla mis espectativas es simplemente, delicioso.

Music on: Mighty ruler - dim Sherman
Quote: "Es imposible que nos perdamos el uno al otro. Recorreré los astros durante milenios, adoptaré todas las formas, todos los lenguajes de la vida, para volver a encontrarte una sola vez." F. Hölderlin
Reading: El tren pasa primero - Elena Poniatowska

jueves, 16 de abril de 2009

Todo es un rayo de luna

Nada más inasible que un rayo de luna, efectivamente, pero ¿acaso puede ser tortuoso creer que tal luminosidad no es sino una falsedad que la mente o el corazón están creando a partir de un hecho inasible pero aún presente como deseo?

El rayo de luna se titula una de las famosísimas leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer. Se trata de un joven noble amante de la soledad (clásico modelo romántico) que durante la noche, en los árboles y las aguas cree ver a una doncella hermosa que se escabulle magistralmente de su contacto. Eventualmente, con una gran desilusión, el joven, llamado simplemente Manrique, descubre que aquéllo que estaba persiguiendo con tantísima devoción no era sino un rayo de luna que, reflejado en diferentes lugares del paisaje le parecía semejante a la luminosidad de una mujer.

Si bien la anécdota puede ser tonta (nótese el contexto romántico y el autor de la misma, antes de juzgarla completamente) creo que sirve como metáfora para ejemplificar otras cosas que en este momento son pertinentes: el amor (sólo por dar un ejemplo y seguir la línea de Bécquer), de acuerdo a como lo he experimentado, es sólo eso: un rayo de luna, un falso reflejo de algo que se cree que es real, pero que no lo es, ni remotamente. Me resulta curioso cómo a pesar del anacronismo de la situación planteada, todo aún resulta siendo igual: el amor y la gloria son un rayo de luna, concluye el joven Manrique, completamente devastado.

La cuestión no es que lo sea, eso se evidencía eventualmente, sino que, a veces, a pesar de tener la conciencia de que tal cosa es esto o lo otro, la mente se sigue engañando pensando que quizá existen más opciones de las que se muestran. El joven de la leyenda termina como un loco, aunque, como bien apunta Bécquer, quizá fue sólo que había recuperado el juicio.

Todo es un rayo de luna, una efímero momento que parece que es pero que no es y estoy convencida de que la única manera de jugar con esos rayos engañosos sin caer en la depresión es entregándose a la locura, para así no ver de frente la terrible realidad.


Music on: Revelry - Kings of Leon
Quote: "O, wilt thou leave me so unsatisfied?" W. Shakespeare
Reading: La insoportable levedad del ser - Milan Kundera

miércoles, 8 de abril de 2009

El nombre

Existe un altar en mi mente que lleva un nombre especial, un nombre que contiene las cinco letras del deseo, un nombre anclado en todo lo que soy, desde mi piel hasta mis huesos, desde mis lágrimas hasta mis silencios.

Es tortuoso amar con tanta devoción y desmesura, lo sé, más yo misma lo he elegido de esta manera. Es tortuoso tener que olvidar y no poder hacerlo, no querer hacerlo tampoco, y no llorar sino hacia dentro hasta que el mismo cuerpo se siente pesado por el agua salada de lágrimas canceladas. Pero la tortura es la única condición del hombre, ese es mi fútil consuelo. Es terrible, pero es cierto.

El nombre del que hablo es el nombre de mi amor, de mi otredad necesaria, de mi anhelo por temblar con una luna en el agua y absorber el aliento confundido y simultáneo de la boca que deseo, es el nombre de aquello que quiero poseer aunque sea por unos instante fugaces y amarillos pero que no logro asir de ninguna manera en la realidad. Ese nombre es ordinario, común, terrenal; no corresponde a un héroe no es para nada como un dios, no, acaso tan sólo al momento de besar.

Me duele pensar en él, es cierto; pero a veces el dolor es dulce. El dolor que me causa sentirlo en la distancia de eternidades que me separa de su cuerpo y sus manos, crece igual que crece la soledad y la sombra; el dolor se potencia aún más al anclar los pies en la tierra y saber que este nombre está hecho más de la materia que se fabrican los sueños que de la forma y la consistencia de eso que llamamos “lo real”.

Duele profundamente, en lugares que no se sabían huéspedes de dolor; duele porque el amor, todo el amor del mundo que se alberga en mi corazón desgarrado no basta para hacer que él cambie sus ideas, que deje de pensar en minutos que no me contienen, y que acabe de hacerme agonizar sin que lo sepa. Ni todas las palabras del mundo bastarían para hacerle ver lo mucho que lo deseo. Es una labor totalmente inútil. Mis pasos se encaminarán por sus montañas eternamente sólo para mirar sus ojos y ya en la cima serán los míos quienes contemplen la caída segura de mis esperanzas e ilusiones. Y luego retomaré el camino con tal de encontrar sus párpados una vez más. Sin remedio, sin cambio en su mutismo.

No hay manera de huir del encanto de su nombre; entonces, continúo regando las flores que cubren mis silencios y su altar permanece embellecido y plagado de colores. Soy tan absurda que intuyo el desenlace de la historia; ni el corazón ni la mente olvidan por completo, sin embargo, después de un tiempo, entierran. Sé que la tragedia terminará de la misma forma que terminan todas, que su nombre se irá desvistiendo y que después, cuando termine de hacerlo, habré de llenar el vacío con otra cosa, otro altar de dolor que secretamente tendrá como base su cuerpo, el recuerdo de una noche que no guardó el cielo y la misma palabra: deseo.



Music on: I'm losing you - Corinne Bailey Rae
Quote: "Amar a alguien y poco a poco no amarlo. El único dolor que me permito." J. Volpi
Reading: La insoportable levedad del ser - Milan Kundera

jueves, 2 de abril de 2009

El sabido sabor de la saliva

Nadamos en una alberca de mármol vacío
y un grito avanza placentero
desprovisto de toda humanidad.

De pronto nos convertimos en el grito que también es quietud y tiempo.

Entre nuestra piel hay fuego y hielo;
y un ruido que duerme en el agua verde de las raíces podridas
se prende a mi boca de óxido, colores e hilos.

Se oye
sí somos
la sombra
de la saliva
sanada
en secreto;
sabemos
del sabor
salitre
de esos
solitarios
sosegados
saludos
sonoros
y solos.

Acercamos la piel helada;
se mira tatuada con el nombre de otro;
nuestros ojos se encuentran en miedo y terror,
fusionan las manos y recuerdan a la pareja primera
mítica pecadora,
la estirpe que emana del goce insatisfecho
ajeno
colmado de mentiras, niebla y gusanos,
del ardid humano que confunde al amor.

Hay un tiempo enorme fecundando los huesos
un siglo de espera en los pies y las uñas demasiado vivas.

Somos la carne desnuda del llanto
el llanto está nadando en la misma agua,
agua que se bebe y no sacia porque es dura
dura de engaño al perdón de tu nombre
tu nombre en las cinco letras del deseo
el deseo perdido a través de la carne.

La carne desnuda del llanto…



Music on: Make this go on forever - Snow Patrol
Quote: "Poetry should be made by all" Lautréamont
Reading: Pajaritos - Anaïs Nin